En el proceso de diseño de experiencia de usuario (UX), los prototipos son una herramienta clave para transformar ideas abstractas en soluciones tangibles. Pero antes de llegar a un diseño final o interactivo, existe una etapa esencial que muchas veces se subestima: los prototipos de bajo nivel o low-fidelity prototypes.
En este artículo exploraremos qué son, para qué sirven, qué se necesita para elaborarlos y qué insumos debes tener antes de comenzar.
¿Qué son los prototipos de bajo nivel?
Los prototipos de bajo nivel son representaciones simples y poco detalladas de una interfaz o experiencia digital. No buscan mostrar el diseño visual final, sino la estructura, el flujo y la lógica de interacción entre pantallas.
Normalmente se elaboran con materiales sencillos: papel, lápiz, pizarra, o herramientas digitales básicas como Balsamiq, Whimsical o incluso Figma en modo wireframe.
Su objetivo no es impresionar, sino comunicar ideas rápidamente y validar la dirección del diseño sin invertir demasiado tiempo ni recursos.
Objetivos de los prototipos de bajo nivel
- Explorar y validar conceptos Permiten visualizar y comparar diferentes enfoques antes de definir una solución final. Es una etapa ideal para el pensamiento divergente: experimentar sin miedo a equivocarse.
 - Facilitar la comunicación en el equipo Sirven como un lenguaje común entre diseñadores, desarrolladores, analistas y stakeholders. Ayudan a que todos comprendan cómo se espera que funcione el producto.
 - Detectar problemas tempranos de usabilidad Probar un flujo básico con usuarios puede revelar fricciones o malentendidos antes de invertir en diseño visual o desarrollo.
 - Ahorrar tiempo y costos Modificar un dibujo en papel o un wireframe básico es mucho más rápido (y económico) que ajustar un prototipo interactivo o código funcional.
 
Qué se debe tener en cuenta al elaborarlos
- Claridad sobre el objetivo del prototipo: Define qué quieres aprender o validar con él. ¿Es el flujo general? ¿La disposición de la información? ¿La lógica de navegación?
 - Nivel adecuado de detalle: No te enfoques en colores, tipografías o imágenes. Los low-fi deben centrarse en la estructura y la jerarquía de la información.
 - Simplicidad y rapidez: La clave está en iterar rápido. Si estás dedicando demasiadas horas a un prototipo de bajo nivel, probablemente estés entrando en el terreno de los prototipos de media o alta fidelidad.
 - Involucrar al equipo y usuarios desde el inicio: Muestra el prototipo incluso si está “incompleto”. Recibir retroalimentación temprana es mucho más valioso que esperar al final del proceso.
 
Insumos necesarios antes de iniciar un prototipo de bajo nivel
Antes de empezar a dibujar, es importante contar con una base sólida. Los principales insumos previos son:
- Resultados de investigación de usuarios: Entrevistas, encuestas o pruebas que revelen necesidades, comportamientos y puntos de dolor de los usuarios.
 - Mapas de empatía o user personas: Ayudan a tener una visión clara del contexto, motivaciones y expectativas del usuario objetivo.
 - Mapa de experiencia o customer journey: Permite entender en qué parte del recorrido se ubicará la solución y qué emociones o problemas se deben abordar.
 - Requerimientos funcionales y de negocio: Un prototipo debe alinearse tanto con las necesidades del usuario como con los objetivos del producto o la organización.
 - Historias de usuario o flujos de tareas: Estas narrativas orientan al diseñador sobre las acciones que el usuario debe poder realizar y en qué orden.
 


